15 de junio de 2014

¿Qué te pasha, Argentina, estásh nerviosha?

Un gol en el comienzo del estreno mundialista supone ser a la medida del que lo marca. Para Argentina no fue así. Sufrió, rectificó a tiempo, ganó. Apenas eso, tanto como eso.


No nos gusta hablar de los entrenadores, pero los cambios que introdujo Sabella al equipo que venía siendo base y que él consolidó con dedicación y contra corrientes "tevezianas", nos obliga a hacerlo. Dudó Sabella. Y no está mal dudar. El tema es que dudó en un momento poco recomendable. Lo hizo en la antesala del debut en una Copa del Mundo. Y puede que las dudas se hayan contagiado hecho nervios. A favor, lo admitió y lo rectificó. Con esos ajustes a tiempo, chispazos de Messi y el oportuno primer pase de Gago, alcanzó para Bosnia. Claro que no alcanzará para mucho más y es ahí donde deberán acabar las dudas y tendrán que llegar las certezas.

Lo extraño de la tarde donde la crisis del país hizo que solo 50 mil argentinos pudieran copar Maracaná, fue que un gol de entrada (bendición en un estreno ecuménico) no sirvió para descomprimir. Bosnia ni pensó en tener la pelota. Pero Argentina la perdió sola porque los cinco defensores no tuvieron salida clara, además que -a excepción de Fernández- se mostraron siempre irresolutos y como si tuvieran demasiada responsabilidad sobre las espaldas. Además, Messi confinado a la soledad se mostró fastidioso y poco participativo. Di María, perjudicado por el esquema, no pudo aprovechar su velocidad para afuera. Lo único positivo es que enfrente estaba Bosnia...

En la segunda mitad Sabella corrigió y con un Gago fundamental, Messi liberado e Higuaín generando espacios y preocupación, llegó lo que debió ser la resolución del partido. Que al gol lo haya hecho Lio no fue menor. Que se le haya pasado el enojo una vez que estuvo bien rodeado tampoco. Que haya tenido más contacto con el balón, algo necesario. Después vino un rato de agonía, más propia -otra vez- de los nervios del estreno, que de las posibilidades reales del adversario de poder igualar.

Ahora vendrá el tiempo de la reflexión. Sabella es inteligente. Apenas terminó el partido admitió su error, ese que había corregido en el entretiempo. Sabe que este no es la ruta mejor. Pero debe pensar en la intimidad cual es el nivel de respuesta que puede encontrar con algunos jugadores, una vez que la copa progrese. La ventaja es que con lo que hay alcanza para pasar sin despeinarse la primera ronda. La duda es comprobar si los nervios son solo producto del debut o tienen que ver con que algunos futbolistas descubren sus limitaciones y no pueden convivir con ellas.

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